El Páramo de Santurbán cuenta con 142.000 hectáreas que atesoran el agua, de la que depende más de 2 millones de personas, en 48 municipios de los departamentos de Norte de Santander y Santander. El proyecto busca que, a través de la expresión artística de los niños, niñas y adolescentes de ambos departamentos, acompañados de sus mensajes soliciten la protección de su páramo. Preservarlo intacto nos permitirá mantener el equilibrio social, económico y medioambiental de la región. Además de ser nuestra principal fuente hídrica generadora de vida, regula el ciclo hídrico, produce oxígeno, captura gas carbónico de la atmósfera, regular el clima regional, da origen a las principales estrellas fluviales de la zona y contiene alta diversidad de especies de flora y fauna en su mayoría endémicas, algunas en peligro de extinción.
La humanidad está pasando por una de las más grandes pruebas: la pandemia, el cambio climático, la descomposición social y el mal uso del tiempo libre. Las personas más vulnerables de la sociedad, los niños y niñas, sobre todo, los menores de edad que se encuentran en centros de reclusión y albergues, deben ser protegidos rehabilitados y resocializados para que puedan rehacer su proyecto de vida y reintegrarse a la sociedad. Es así como éste proyecto pretende brindar herramientas para que los jóvenes sean actores fundamentales en la mitigación del cambio climático transformando residuos que podría ir a parar a los cuerpos de agua y convertirlos en muebles y objetos de decoración. Una segunda oportunidad para quienes la sociedad piensa que ya no sirven para nada, así como los residuos que, mal dispuestos, contaminan y contribuyen con el cambio climático.
Uno de los mayores retos en saneamiento ambiental consiste en utilizar tecnologías sostenibles, eficaces y duraderas. En este caso, las tecnologías conocidas como “low-tech”, que significa que tienen no sólo bajos requerimientos energéticos sino también bajos costos de implantación, operación y mantenimiento están ganando terreno frente a las tecnologías tradicionales que demandan energía y altos costos de operación.
La digestión anaerobia (DA) es un proceso establecido y bien estudiado que permite tratar residuos orgánicos con el fin de producir un biogás rico en metano.
La diversidad microbiana existente, permite que se pueda modificar el proceso para producir otro tipo de sustancias químicas, tales como hidrogeno, ácidos orgánicos volátiles y alcoholes entre otros. Autores como Sawatdeenarunat et al., (2016) indican que la digestión anaerobia debe tornarse en el núcleo del concepto de biorefineria, permitiendo convertir de manera eficiente los diversos tipos de substratos (e.g. residuos sólidos, agua residual, residuos agrícolas) en subproductos de alto valor energético.
Lo anterior se perfila como uno del principio básico del desarrollo sostenible, en donde el tratamiento, la remediación y el aprovechamiento energético se ven materializados. A pesar de esto, la mayor desventaja de la DA es que siempre es necesario un postratamiento que permita mejorar la calidad del efluente, rica en patógenos, nutrientes y aún con materia orgánica que en ciertas ocasiones impide cumplir con los requisitos de vertimientos.
Los humedales construidos también llamados humedales para tratamiento de agua, se utilizan para tratar agua residual doméstica desde los años 60. El uso de humedales se considera como una alternativa ecológica muy beneficiosa para las poblaciones pequeñas, que no tienen la capacidad económica para implementar sistemas con tratamiento costosos Las combinación de estas dos tecnologías que permiten aplicar el concepto de economía circular en el tratamiento de los vertimientos y además brindar servicios ecosistémicos, seguramente será una opción muy viable para una de las industrias bandera de nuestro país, la industria cafetera.
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