Hay una estrecha relación entre bosques, agua y cambio climático.
Los bosques cubren un tercio de la masa terrestre del planeta, desempeñan funciones vitales, son el hábitat de más de la mitad de las especies terrestres, y sustentan los medios de subsistencia de 1600 millones de personas en el mundo.
También brindan servicios que son esenciales para que las sociedades humanas prosperen: desde su papel en el mantenimiento de los medios de vida hasta el suministro de agua y seguridad alimentaria, y la regulación de los patrones de precipitaciones globales.
Igualmente son una parte importante en la solución al cambio climático.
Los bosques alimentan los ríos y son esenciales para el suministro de agua de buena calidad:
- Filtran el agua que entra en ríos, lagos, y aguas subterráneas, eliminando los contaminantes y mejorando la calidad de las corrientes y la salud de las cuencas.
- Absorben los nutrientes y los contaminantes del suelo y el agua a través de sus raíces y las transforman en sustancias más limpias.
- Mantienen la alta calidad del agua al reducir la erosión del suelo, reducir los sedimentos y el riesgo de deslizamientos de tierra que pueden afectar las fuentes de agua dulce.
- Protegen las cuencas hidrográficas.
Los bosques ayudan a mitigar el cambio climático:
- Para limitar el aumento de la temperatura global promedio a 1,5 °C los bosques son necesarios, tanto por las reducciones masivas de emisiones que se pueden lograr poniendo fin a la deforestación como por el carbono adicional que se puede secuestrar a través de una mejor gestión forestal y reforestación.
- Reducen el impacto negativo de las inundaciones al bloquear el paso del agua.
- Como fuentes de almacenamiento de agua, los bosques ayudan a frenar las sequías, uno de los efectos más negativos del cambio climático.
- La protección de los bosques, incluidos los manglares, hace que la acción climática sea más rápida y económica.
Fuentes: unep.org y FAO