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Lagunas de alta montaña

Las lagunas de origen glaciar son producto de procesos geomorfológicos de la dinámica de los glaciares, puesto que el peso y avance de estos, generaron morrenas laterales y frontales, que al constituirse en barreras naturales y depresiones en el terreno, permitieron el almacenamiento del agua. Dentro de este grupo se destacan la laguna de la Plaza y la laguna Grande de la Sierra, localizadas en el Parque Nacional Natural El Cocuy; la laguna Naboba en la Sierra Nevada de Santa Marta; las lagunas del Complejo Chingaza que surten de agua a Bogotá; la laguna de Iguaque en Boyacá; la del Otún en el Parque Nacional Natural Los Nevados y la laguna de Chisacá en el páramo de Sumapaz, entre otras.

Estas lagunas de alta montaña, localizadas encima de los 3.000 msnm, hacen parte del ecosistema de páramo y superpáramo y su tamaño es reducido. Se estima que en el país hay alrededor de 1.528 cuerpos hídricos de alta montaña, de los cuales 693 se encuentran en la cordillera Oriental, 383 en la Sierra Nevada de Santa Marta, 445 en la cordillera Central y 7 en la cordillera Occidental.
Hacen parte de la cuenca alta de ríos importantes, como es el caso de la laguna de la Magdalena, localizada en la cuenca alta del río Magdalena y la laguna del Buey, en la cuenca alta del río Cauca.
La fauna y la vegetación en estos cuerpos hídricos es restringida;

Las lagunas de origen volcánico como la Laguna Verde en el volcán Azufral y su homónima en el Parque Nacional Natural Los Nevados, ocupan cráteres de volcanes inactivos y reciben su nombre debido a la coloración verde de sus aguas, consecuencia de su alto contenido de azufre, por lo que es común encontrar en su cercanía cadáveres de aves y mamíferos envenenados.

Debido a las condiciones extremas de la alta montaña, la fauna y la vegetación en estos cuerpos hídricos es restringida; se observan líquenes, musgos, algas y pequeñas plantas vasculares que no alcanzan a conformar coberturas vegetales uniformes. En cuanto a fauna, no se conocen peces endémicos y la única especie introducida que logró adaptarse a las condiciones ambientales es la trucha arcoíris; estos son hábitats de unas pocas especies de aves como el pato común de páramo, el pato andino y la focha americana; mamíferos terrestres como la danta de páramo, el oso de anteojos y el venado de páramo frecuentan los cuerpos de agua para abastecerse del líquido.

Fuente: Ecolibro Colombia Naturaleza en Riesgo

 

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