Los oasis se encuentran en los desiertos secos, son zonas húmedas, donde crecen palmas datileras, y árboles frutales como los albaricoques y las higueras, que permiten el desarrollo de la vida silvestre en medio de kilómetros de arena.
En la antigüedad, tuvieron un valor estratégico para las guerras, además de ser enclaves comerciales y puntos de descanso, abastecimiento de comida y agua para los viajeros y comerciantes de las caravanas.
Alrededor de los oasis se han desarrollado asentamientos humanos que suelen dedicarse al cultivo y al abastecimiento de viajeros.
Existen oasis en Marruecos, la Península Arábiga, Egipto, Libia, China, Perú, Chile y Baja California.
El agua de los oasis tiene su origen en manantiales subterráneos o pozos artesianos.
Algunos oasis se originan de la erosión provocada por el viento, que deja al descubierto la tabla de agua; además, en algunos desiertos como los de Arabia Saudí, Egipto y Atacama en Chile se han encontrado grandes reservas subterráneas de agua.