Los términos “cambio climático” y “calentamiento global” han sido utilizados específicamente para hacer referencia a los problemas medioambientales que sufre nuestro planeta.
El “cambio climático” se refiere a un cambio en el estado del clima que puede identificarse mediante cambios en la media y/o la variabilidad de sus propiedades y que persiste durante un período prolongado, generalmente décadas o más.
El “cambio climático” puede tener orígen en procesos naturales o deberse a forzamientos externos como modulaciones de los ciclos solares, erupciones volcánicas y cambios producidos por el hombre en la composición de la atmósfera o en el uso del suelo.
El “calentamiento global” es el aumento estimado de la temperatura media global de la superficie promediado durante un período de 30 años, o el período de 30 años centrado en un año o década en particular, expresado en relación con los niveles preindustriales a menos que se especifique lo contrario.
Para períodos de 30 años que abarcan años pasados y futuros, se supone que la tendencia actual de calentamiento de varias décadas continuará.
Hoy, se ha comenzado a usar el término “crisis climática” para generar más conciencia sobre la situación medioambiental de emergencia en la que ha entrado el planeta Tierra, y que debemos solucionar antes de diez años.
En los últimos meses, grupos de ecologistas, como los jóvenes liderados por la adolescente sueca Greta Thunberg, han preferido adoptar este concepto de “crisis climática” para hacer un llamado contundente a los políticos y gobernantes sobre la urgencia de tomar acciones inmediatas que contribuyan a revertir los graves riesgos medioambientales que corre nuestro planeta y las consecuencias negativas que afectarán la vida de todos los seres que vivimos en él.
Igualmente varios sectores de la comunidad científica consideran que el término “cambio climático” no describe suficientemente la gravedad de la situación actual.
Sin embargo, los tres conceptos son válidos, la diferencia entre ellos radica principalmente en su significado científico.
Fuente: IPCC