El 2 de febrero se celebra el Día Mundial de los Humedales, una fecha de reflexión sobre la importancia de tener humedales saludables para poder enfrentar los fenómenos meteorológicos extremos.
En solo 35 años la frecuencia de los desastres mundiales se ha duplicado y su relación con el clima y la meteorología es cada vez mayor.
ONU-Agua calcula que el 90 % de todos los eventos naturales peligrosos están relacionados con el agua y el cambio climático.
Los humedales ayudan a defendernos de los peligros extremos naturales. Cuando se produce un fenómeno extremo, los humedales saludables minimizan su impacto en las comunidades.
En las costas, los humedales funcionan como barreras naturales protectoras.
En las zonas interiores absorben y almacenan el exceso de agua de las lluvias ayudando a disminuir las inundaciones.
En las temporadas de sequía liberan el agua almacenada, reduciendo la escasez de agua.
Los humedales garantizan el suministro de agua dulce para los seres vivos.
Actúan como filtros naturales y restauran los nutrientes, acelerando la recuperación de una zona impactada por un peligro natural.
Es necesario conservar humedales saludables y recuperar los que están deteriorados para garantizar que cumplan con la función de reducir los daños humanos, materiales, económicos y ambientales producidos por los fenómenos naturales extremos.
Fuente: worldwetlandsday.org