Según evaluaciones que datan de 2014, las praderas submarinas en el Caribe colombiano ocupan una extensión de 661,3 km2 y su distribución es bastante irregular.
Dicha cifra no solo incluye las praderas de mayor extensión, sino también parches o rodales entremezclados con algas psamófilas o con tapetes conformados por corales pétreos, corales blandos, esponjas y algas.
Sin embargo, representan menos del 0,75% de la cobertura total de praderas del Gran Caribe y poco más del 1% de las del Caribe propiamente dicho.
Es indudable que esta extensión, en comparación con las de las penínsulas de La Florida 16.000 km2 y de Yucatán, en México 1.319 km2, y las de la islas de Belice 2.092 km2, es bastante modesta.
Todo parece indicar que se ha reducido en el transcurso de las últimas décadas y que las causas de ello, tanto directas como indirectas, han tenido un origen primordialmente humano.
La distribución de las praderas submarinas es bastante irregular a lo largo de la costa continental colombiana, alrededor de las islas cercanas y en torno a las islas oceánicas y algunos de los cayos del archipiélago oceánico de San Andrés, Providencia y Santa Catalina.
De acuerdo con ciertas particularidades del entorno donde se desarrollan y según algunas características sobresalientes de las comunidades biológicas que albergan, conviene subdividirlas en seis sectores o ámbitos geográficos: el antidesierto de La Guajira, los mosaicos del Tayrona, la costa continental central, las islas de la plataforma continental, el Urabá chocoano y el archipiélago oceánico de San Andrés, Providencia y Santa Catalina.
Fuente: Ecolibro Praderas Submarinas de Colombia
https://imeditores.com/banocc/praderas/index.html