En las próximas dos décadas, el planeta afrontará diversos peligros climáticos inevitables con un calentamiento global de 1,5 °C (2,7 °F). Aunque se supere temporalmente este nivel de calentamiento, se generarán graves impactos, algunos de los cuales serán irreversibles y se incrementarán los riesgos para la sociedad, la biodiversidad, los ecosistemas y el medio ambiente.
Los océanos son ecosistemas amenazados por el calentamiento global.
Todas las personas dependen de forma directa o indirecta de los océanos que cubren el 71 % de la superficie terrestre y contienen aproximadamente el 97 % del agua del planeta, albergan hábitats únicos y están interconectados con el sistema climático mediante el intercambio de agua, energía y carbono.
Los océanos naturalmente son sumideros de carbono muy eficientes, pues absorben el 30 % de las emisiones de CO2 generadas por el hombre, pero el calentamiento global está provocando efectos nocivos en ellos.
El IPCC pronostica un crecimiento de los océanos de entre 20 y 30 cm para 2050 y de 43 a 50 cm para 2100, siempre y cuando disminuyan las emisiones de CO2 y la temperatura terrestre se mantenga por debajo de 2 º C.
Numerosas comunidades en islas y entornos costeros están expuestas a los cambios que están sufriendo los océanos: aumento del nivel del mar y fenómenos meteorológicos cada vez más extremos como tormentas, huracanes, ciclones y olas de calor marinas.
También el deshielo de los polos y de los glaciares causados por el calentamiento global, es otro de los factores que ha provocado la subida del nivel del mar e inundaciones en zonas costeras, islas y archipiélagos.
En los últimos decenios el calentamiento global ha incrementado la temperatura de los océanos, ha provocado la pérdida de oxígeno y una mayor acidificación en la superficie.
Por consiguiente, las condiciones oceánicas cambiantes están afectando el ecosistemamarino, su biodiversidad y los servicios ecosistémicos:
Alteraciones en la estructura y el funcionamiento de los ecosistemas.
Degradación de los arrecifes de coral en todo el mundo.
Disminución de los ecosistemas costeros: manglares, humedales y pastos marinos.
Proliferación de algas perjudiciales que impacta la seguridad alimentaria, el turismo, la economía local y la salud de las personas.
Pérdida de la biodiversidad marina.
Reducción de los hábitats marinos.
Cambios en la distribución de los peces, reducción de sus poblaciones y de la pesca que afectarán los ingresos, los medios de subsistencia y la seguridad alimentaria de las comunidades que dependen de los recursos marinos.
La pérdida y la degradación de los ecosistemas marinos ponen en alto riesgo los servicios ecosistémicos como la provisión de alimentos, la protección costera, el turismo, la recreación y la cultura que son importantes para la identidad y el bienestar humanos.
Hay una necesidad urgente de adoptar medidas inmediatas y más ambiciosas para enfrentar los riesgos climáticos y mitigar los efectos de estos en la vida del planeta.
Sin duda, la disminución eficiente de las emisiones de gases de efecto invernadero es una de las medidas que debemos tomar para proteger nuestros océanos.
Fuente: Informe especial sobre los océanos y la criosfera en un clima cambiante https://www.ipcc.ch/languages-2/spanish/
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