Uno de los ecosistemas que más contribuye al bienestar humano son las montañas. Es probable que el agua que una persona necesita diariamente para beber, alimentarse y obtener energía, provenga de una fuente de agua de alta montaña.
Además, tienen una función muy importante en el ciclo hidrológico porque sirven como barrera natural al cortar el aire que circula por el planeta. Esto hace que el aire se eleve a la troposfera, donde se condensa formando nubes que producen lluvias y nieve.
También funcionan como recolectoras de agua lluvia que luego es distribuida por la geografía de la cuenca hidrográfica y utilizada para consumo humano directo o para la agricultura.
En las montañas se almacena nieve y hielo, al aumentar la temperatura se derriten y se convierten en agua que escurre y es drenada hacia el mar o los lagos por medio de un río. A este sistema natural se le conoce como cuenca hidrológica. Los principales ríos del mundo, desde el Amazonas hasta el Nilo, nacen en las cuencas hidrológicas de las montañas.
Las montañas proveen entre el 60 % y el 80 % de agua fresca al mundo. Algunas ciudades grandes como Nueva York, Río de Janeiro, Nairobi, Melbourne y Tokio, dependen de las montañas para obtener agua dulce.
Así mismo, los humedales de zonas montañosas tienen un papel importante en la regulación del caudal de los ríos: almacenan y liberan grandes volúmenes de agua en respuesta a las precipitaciones y al deshielo.
Además, protegen y purifican el suministro de agua atrapando sedimentos, filtrando nutrientes y mejorando la cantidad y la calidad del agua río abajo.
Su capacidad para promover el crecimiento de la vegetación disminuye la erosión del suelo y amortigua el flujo de agua, proporcionando un flujo constante aguas abajo mientras que reduce la severidad de los desastres tales como deslizamientos, inundaciones y sequías.
Por otra parte, las montañas tienen una biodiversidad única y valores culturales. Son zonas de escala para aves migratorias y lugares de cría para aves, peces y anfibios.
Actualmente, los ecosistemas montañosos al igual que otros ecosistemas, se enfrentan a una serie de amenazas como el exceso de pastoreo del ganado, las desviaciones de agua para la agricultura, el aumento de la contaminación, la minería y la deforestación.
Pero, el cambio climático es su mayor amenaza, dado que está provocando la pérdida y degradación de los humedales de montaña, disminuyendo los suministros de agua potable aguas abajo y poniendo en riesgo de inundaciones y sequías a las poblaciones y comunidades rurales.
Conservar y restaurar las tierras altas y los humedales de las montañas es indispensable para la seguridad del agua.
Fuente: www.fao.org
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