Los glaciares son un elemento importante dentro del ciclo hidrológico porque actúan como reservas de agua, además son parte integral de la naturaleza y el clima, pero están desapareciendo de forma acelerada.
En los últimos 20 años debido a las altas temperaturas, la gran mayoría de los glaciares han perdido su masa a una velocidad jamás alcanzada en la historia.
Entre 2000 y 2019, los glaciares del mundo perdieron un total de 267 giga toneladas (mil millones de toneladas) de hielo por año en promedio, que equivale aproximadamente entre un 18% a un 23% del aumento adicional del nivel del mar.
Los glaciares que se derriten más rápidamente se encuentran en Alaska, Islandia y los Alpes, pero esta grave situación también está impactando a los glaciares de las montañas de Asia y los Andes.
Al derretirse los glaciares aumenta el nivel de los océanos, se afectan las islas y las ciudades costeras donde vive gran parte de la población del mundo.
Igualmente, si en el futuro desaparecen los glaciares de regiones como el norte de los Andes y el Himalaya, el agua de los ríos disminuirá y por ende habrá escasez de agua dulce para el consumo humano, menor capacidad para generar energía hidroeléctrica y disponibilidad limitada para la agricultura y ganadería.
El deshielo de los polos afecta las corrientes oceánicas, se altera el clima mundial y se producen eventos cada vez más extremos como tormentas, huracanes, ciclones y tifones.
El derretimiento de los glaciares producirá también la extinción de numerosas especies, ya que es el hábitat natural de animales terrestres y acuáticos.
Para salvar los glaciares es necesario frenar el calentamiento global.
Fuente: un.org, bbcmundo