Así como tradicionalmente es usual que al final del año hagamos una lista de propósitos para el nuevo año con el objetivo de mejorar nuestro bienestar físico, mental, espiritual y económico, también necesitamos establecer propósitos ecológicos para mejorar la salud de nuestro planeta que está en crisis.
Para este 2020 que inicia recomendamos una serie de propósitos que se enfocan en cambiar nuestros hábitos. Si los ponemos en práctica y los cumplimos responsablemente, lograremos evitar que nuestro planeta colapse.
- No comprar más de lo que necesitamos. Ayuda a ahorrar dinero y a consumir solo lo necesario.
- Aprender a reutilizar. Las cosas que no se usan, como por ejemplo la ropa, se pueden reutilizar para crear elementos que tienen otras funciones.
- Evitar el desperdicio de alimentos. Planificar las compras y congelar algunas comidas para que duren más son algunas de las acciones que podemos implementar para impedir el desperdicio de alimentos.
- No consumir bolsas plásticas. Cambiar las bolsas plásticas por bolsas reutilizables de tela contribuye a reducir la contaminación e implica un ahorro de
- No beber agua embotellada. Disminuye la contaminación con botellas plásticas.
- Sembrar plantas. Ayuda a mejorar la temperatura.
- Ahorrar agua. Reducir el consumo de agua instalando sistemas de ahorro, arreglar las posibles fugas, tomar duchas cortas, cepillarse los dientes con la llave cerrada, entre otras, son algunas de las acciones que podemos tomar para ahorrar agua.
- Utilizar más la bicicleta o caminar. Además de beneficiar nuestra salud, ayuda a reducir los niveles de CO2 y se ahorra combustible.
- Separar las basuras. Depositar la basura adecuadamente en los recipientes de acuerdo a los colores: verde para residuos orgánicos aprovechables como restos de comida y desechos agrícolas, blanco para residuos aprovechables como plástico, vidrio, metales, papel y cartón, y negro para residuos no aprovechables como el papel higiénico, servilletas, papeles y cartones contaminados con comida, papeles metalizados.
- Desconectar los aparatos eléctricos cuando no se están utilizando. Ahorro en el consumo de energía y por ende de dinero.