Uno de los efectos del cambio climático es la acidificación de los océanos. Al aumentar los niveles de dióxido de carbono (CO2) y entrar en contacto con el agua de mar se produce ácido carbónico, el cual aumenta la acidez del agua.
La biodiversidad y los ecosistemas marinos se alteran gravemente afectando los procesos de desarrollo y reproducción de numerosas especies marinas que podrían desaparecer y producir inseguridad alimentaria en el mundo.
Consecuencias
- Alto riesgo de desaparición de especies marinas como fitoplacton, moluscos, crustáceos y mariscos que dependen del carbonato de calcio para su desarrollo y reproducción.
- Extinción masiva de corales, una amenaza para todas las especies marinas que dependen de los arrecifes de coral como su refugio y fuente de alimentación.
- Disminución de peces y crustáceos, que pone en riesgo la seguridad alimentaria de millones de personas.
- Afectación a millones de pescadores y a la industria pesquera mundial.
Una de las medidas que se deben tomar para salvar los océanos es reducir las emisiones globales en un 80-90% antes de 2050, que se lograría con la implementación de un modelo de eficiencia energética basado en energías renovables.
Fuente: http://www.undp.org